Si hace unos meses (y mucho antes de que estuvieran
habilitadas las
nuevas páginas de empresa) declaraba que existían poderosas razones por las que
era del todo aconsejable el estar en Google+ ‘sí o sí’ y
que la nueva red social del gigante de California habia llegado para quedarse,
hoy quisiera hacer uso de la misma rotundidad con respecto a los medidores de
influencia online o ‘medidores de influencia social’ (en inglés, social media influence). Y es que las
nuevas métricas proporcionadas por aplicaciones novedosas como Peer Index, Kred o la más conocida Klout están reescribiendo las reglas del juego y, a pesar
de sus obvias limitaciones e imperfecciones, no hay vuelta atrás con respecto
al avance que representan y a las profundas implicaciones que a medio y largo
plazo tendrán en aspectos como nuestra reputación online o nuestro personal
branding.
Los bandazos de Klout y el tuneo de su algoritmo (con
el consecuente descenso de los puntos de influencia para la mayoría) han
provocado críticas en ocasiones desaforadas no sólo de esta herramienta
concreta sino de todo el concepto de medición de influencia online: críticas a las
que no les falta su parte de razón dada la complicada labor de crear una
analítica fiable de una persona u organización con una presencia multicanal.
Esto es especialmente cierto en el caso de cuentas de personas o empresas con
una gran influencia offline y cuya influencia online puede parecernos
injustificadamente pequeña bajo la lupa de estas herramientas (no se me ocurre
pensar ni por un momento que sea más ‘influyente’ – aunque quizás sí más activo
– que el periodista Melchor Miralles, a pesar de que mi ‘Klout Score‘ sea dos
puntos mayor a fecha de hoy).
Klout y los nuevos
competidores que han ido surgiendo a lo largo del 2011 han ido dando respuesta
a éste y otros retos incorporando nuevos elementos que sin duda han añadido
complejidad pero a la vez una mayor fiabilidad a las puntuaciones y resultados
que obtenemos de cada uno. Antes que nada, sin embargo, es conveniente que delimitemos
el alcance de estas herramientas: se han creado para medir o intentar medir la
influencia y actividad online y no
offline y resulta por ello injusto criticarlas por no representar
fehacientemente la influencia offline de una persona o empresa. Por si esto
fuera poco, algunas como veremos han comenzado ya a incorporar ciertos
elementos del offline en sus algoritmos. Y creo que hasta los más acérrimos
críticos reconocerán que representan un paso adelante con respecto a la era
‘pre-Klout’ en la que la única métrica a nuestra disposición era el número de
posteos, retweets y/o seguidores en las redes sociales.
Klout ha sido uno de los primeros y quizás más famosos de
los medidores de influencia social. A su gran popularidad han contribuido
aparte de la (discutida) fiabilidad de su algortimo y el hecho de que integre
la práctica totalidad de las redes sociales de importancia que pueden
determinar nuestra influencia, dos elementos que comparte con la red social de
geolocalización Fousquare: su carácter
lúdico (Klout es un juego en el que también recibimos ‘badges’) y sus elementos
‘sociales’ (Klout nos permite crear una comunidad de ‘influenciadores’ e
‘influidos’, abrir nuevas listas al igual que Twitter y otorgar ‘puntos’ a
influyentes en ciertos tópicos como personal
branding, redes sociales,
etc. entre otros). Un elemento distintivo y profundamente innovador de Klout es el que nos ofrezca un perfil de nuestro
particular ‘estilo’ de interacción en las redes sociales con categorías como
‘socializador’, ‘líder de opinión, ‘especialista’, observador’, etc. y que hace
que por sí sólo esta aplicación ya merezca la pena.
Aquellos que busqueis una mayor ‘seriedad’ y énfasis
en la analítica y en saber a ciencia cierta quién es más influyente en un nicho
de opinión os encontreis probablemente más a gusto con Peer Index, la
respuesta británica a Klout. Peer Index ha salido recientemente en las noticias debido al
anuncio por parte de la conocida aplicación de Twitter Socialbro de que la
integraría en su interfaz, algo que habla a las claras no sólo del valor
intrínseco de Peer Index sino
de la pujanza de este tipo de aplicaciones. A pesar de que el ‘score’ de Peer Index es de 0 a 100, una cifra
mayor de 40 significa que estamos entre el segmento del 10% más influyente en
nuestras áreas mientras que una cifra superior a 90 nos metería en la élite del
0.1%. Los elementos que Peer Index
incluye en su algoritmo van desde Autoridad, Resonancia, Audiencia, Actividad y
un filtro para asegurarse de que somos auténticos y no un mero robot.
Recientemente el CEO de Peer Index declaró que su aplicación detectaba específicamente en
Twitter el nivel de ‘engagement’ o interacción de una cuenta en sus tópicos de
interés y anunció su integración con el competidor de Tweetdeck y Hootsuite
MarketmeSuite. Un dato a
tener en cuenta: actualmente sólo integra a Facebook, Twitter y LinkedIn y no a
otras redes como Google+ o Flickr tal y como es el caso con Klout.
He tenido el privilegio de ser uno de los primeros
‘beta-testers’ de Kred, la tercera y última de las aplicaciones de
medición de influencia online más destacadas del panorama actual. El punto
fuerte de Kred con respecto a sus competidores más directos es sin
duda la transparencia de su algoritmo y el hecho de que no ofrece una
puntuación o ‘score’ a cada cuenta sino en su lugar dos métricas paralelas y
sin duda complementarias: influencia y alcance (outreach), ambas incluyendo factores como RTs, respuestas en
Twitter, G+1, follows y un largo etcétera. La transparencia ofrecida por Kred llega al máximo nivel posible ya
que la aplicación os detalla todas y cada una de las interacciones online y los
puntos que ha generado. Por si fuera poco, Kred también es único en permitirnos incorporar (aunque sea de
forma rudimentaria) elementos de nuestra influencia offline enviando un email a
los gestores de la herramienta (que no son otros sino los creadores de PeopleBrowsr).
Podríamos definir este año que estamos a punto de
terminar como el año de Google+ y de los medidores de influencia online. No
cabe duda de que falta mucho camino por recorrer hasta que contemos con
métricas contrastadas y fiables, pero tampoco de que hemos dado pasos de
gigante a la hora de calificar y comparar la influencia y el alcance online de
personas y empresas más allá del número de seguidores y fans que formen sus
comunidades en las redes sociales. Las implicaciones para el personal branding y la reputacion online no pueden ser más
directas, y ya estamos comenzando a ver los primeros CVs online que incluyen
las puntuaciones de Klout y métricas similares. La integración de Klout,
Kred y Peer Index con otras aplicaciones de interés es ya una
realidad y es por ello que mi recomendación no sea otra que la de animaros a
testear y familiarizaros con un tipo de herramientas que, según sus algoritmos
vayan perfeccionándose, irán adquiriendo una mayor relevancia e importancia
para vuestras estrategias online. Será
un paso en la dirección correcta.
Es impulsor y divulgador de la reputación online, el ‘marketing de atracción 2.0’ y el ‘personal branding’ en España. Formador, consultor, autor y conferenciante internacional bilingüe, colabora con todo tipo de empresas e instituciones así como escuelas de negocios y agencias de comunicación y social media punteras.
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